La carrillada, cocinada a baja temperatura hasta lograr una terneza que se deshace en la boca, se presenta glaseada con una salsa rica y brillante que realza su jugosidad y sabor profundo.
El queso payoyo, un queso artesanal andaluz de cabra o mezcla, aporta una cremosidad y un toque ligeramente picante que contrasta con la carne. El aroma de trufa, sutil pero envolvente, añade una capa de elegancia terrosa, elevando el conjunto a una experiencia gastronómica lujosa.