Con este vino la bodega busca la expresión más pura de sus cinco fincas de viñedo viejo situadas alrededor del Parque Nacional de Doñana. Su objetivo es jugar con las distintas virtudes de la variedad Zalema y mostrar el carácter típico de los blancos de Huelva. El resultado es una referencia fresca, elegante y cítrica que regala un posgusto sutilmente salino.