El cava es una Denominación de Origen Protegida supraautonómica de España. Se trata de un vino espumoso de calidad, obtenido mediante la realización de una segunda fermentación alcohólica, en botella, del vino base, y cumpliendo el método tradicional. El vino debe permanecer, al menos, nueve meses en contacto con las lías y en la misma botella en la que tuvo lugar la segunda fermentación. Puede ser blanco o rosado.
El cava requiere de un tiempo mínimo de crianza en botella de nueve meses para los Cavas de Guarda o Cavas jóvenes y de por lo menos 18 meses para los Cavas de Guarda Superior
Los Cavas se clasifican de dos maneras diferentes: según su contenido de azúcar (gramos por litro) y según su tiempo de crianza.
Según la cantidad de azúcar que se añada en el licor de expedición se distinguen las siguientes clases de cava:
Brut Nature hasta 3 g, naturales por litro, sin azúcares añadidos.
Extra Brut hasta 6 g de azúcar por litro
Brut hasta 12 g de azúcar por litro
Extra Seco entre 12 y 17 g por litro
Seco entre 17 y 32 g por litro
Semiseco entre 32 y 50 g por litro
Dulce más de 50 g por litro
En el caso del tipo brut nature, la botella no se rellena o se adiciona vino procedente de otra botella de la misna añada. La falta de azúcares añadidos hace que este tipo de cava sea más exigente en cuanto a calidad, y su producción va en aumento mientras disminuye la producción del semiseco, y se ha dejado de producir el dulce.
Según el tiempo de crianza en botella, un Cava puede pertenecer a las siguientes categorías:
Cavas de Guarda: Son Cavas entre 9 y 17 meses crianza, caracterizados por ser ligeros, frutales y cítricos, con una burbuja chispeante.
Cavas de Guarda Superior: Su mayor tiempo de crianza en botella añade complejidad y riqueza aromática.
Cava Reserva: entre 18 y 30 meses de crianza.
Cava Gran Reserva: más de 30 meses de crianza.
Cava de Paraje Calificado: mínimo de 36 meses.
El precio se incrementara un 20% en terraza