Esta técnica de cocción permite que la carne se cocine de manera uniforme y se vuelva increíblemente tierna y jugosa, conservando todos sus jugos y sabores naturales.
El costillar se sazona con especias y se coloca en un horno donde se cocina a baja temperatura durante varias horas, hasta que la carne esté tierna y se deshaga fácilmente del hueso